Crònica de una derrota (una mas) muy anunciada

Después de la festichola de Olivos con motivo del onomástico de la Querida Fabiola y la sarta de desaciertos, acciones poco claras, negociados y contradicciones con la  vacunación y la estrategia anti Covid19, CFK comenzó a apretar el nudo de una corbata de soga alrededor del cuello de Alberto Fernández.

Escribe Daniel Fernandez

Lo arrinconó, presionó, retó en público y atosigó mediante Twitter y los palcos que fueren por diferentes motivos, que no tiene mucho sentido describir. A eso se sumó la tremenda improvisación económica del ineficaz e improvisado «ministro de la deuda» Martín Guzmán. Los cascotazos de la viuda de Él, de su hijo renunciante y las 14 toneladas de piedras figuradas que sus alcahuetes descargaron sobre el papá de Panchito durante meses, consiguieron que quede como está ahora: destruido y sin poder alguno. Ya le había pegado varios coscorrones adjudicándole la responsabilidad de la derrota electoral. Y le fue desgajando el grupo íntimo.

Dicen que un día el fiestero amagó con irse y recibió una respuesta igual a la que la dama de Recoleta le propinara a De Vido: «de acá sólo te vas preso». Es notorio: el ex ministro y ex diputado cristinista fue el único en quedar sin fueros e ir en gayola. Se ve que Alberto no quiso dejar sus nenitos en la calle…

Cómo sea, ella no puede ni quiere agarrar la brasa encendida: sospecha que será condenada. Miró a su rededor y no había nadie. Ni Maxi, ni Kici, ni Mandrake El Mago. Parado en un rincón, con su mejor sonrisa, había sólo un eterno autocandidato. Miró a su hijo y socio y éste le dijo «Daaaaleee». A falta de uno mejor, respaldó al único que le queda. El miércoles arranca Massa, quién apoya el acuerdo con el FMI. O sea: más de lo mismo. Venían mejores?.

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